Porque Dios no es injusto para olvidar vuestra obra y el trabajo de amor que habéis mostrado hacia su nombre, habiendo servido a los santos y sirviéndoles aún.
Hebreos 6:10.
No se trata de minimizar su obra, tampoco de desplegar las virtudes de nuestro biografiado, sino de enaltecer la maravillosa providencia de Dios y de la fidelidad del Padre Celestial para con sus escogidos.
[...] el personaje de hoy es Teodoro de Beza, el sucesor de Juan Calvino. Beza nació de la nobleza de Borgoña, Francia, dos años después de que Lutero fijó sus noventa y cinco tesis en la catedral de Witenberg, es decir, en 1519. Cuando Beza tenía nueve años, fue puesto por Nicolás, un miembro del parlamento, bajo el cuidado Melchor Wolmar, un humanista luterano muy renombrado, de donde obtuvo un sentido de la piedad junto con sus habilidades humanísticas; también obtuvo algunos beneficios eclesiásticos sin ejercer el sacerdocio, debido a su rango aristocrático y a la costumbre de la época, el de vender al mejor postor los cargos dentro de la iglesia.
En 1535, a la edad de dieciséis años se alejó de Paris para ir a Orleans a estudiar leyes y en este lugar conoció a Juan Calvino que a la sazón también estudiaba leyes. Pero el estudio de la jurisprudencia no llenaba todas sus aspiraciones; así que para complementar sus conocimientos se dedicó a estudiar a poetas como Ovidio, Catallus, Tibullus y otros buscando enriquecimiento espiritual. Por este tiempo también se enamoró de “Maria”, la sobrina de Pedro de l'Etoile, pero lamentablemente la muchacha murió dos años más tarde.
A la edad de veinte años terminó su carrera de abogado y entró en un período bastante relajado de su vida como un joven apuesto y exitoso poeta-intelectual; además de que sus parientes le habían asegurado su solvencia económica con dos prebendas eclesiásticas (oficio eclesiástico que confería remuneración económica sin ejercerlo) exclusivas para él. Su reputación como poeta e intelectual era tal que cuando Carlos II hizo una visita a Paris, Beza fue elegido para presentar al emperador un poema del elogio latino. Por esta fecha inició estudios de hebreo; y además, como un intelectual honesto, tuvo que confrontarse con los escritos de los Reformadores de la época.
No existen detalles acerca de su conversión a la fe Reformada, pero se sabe que después de una larga y crítica enfermedad en la que estuvo en peligro su vida debido una plaga, pensó seriamente en su condición espiritual. Y la fe que abrazó fue la del evangelio que las Escrituras exponen. Y por causa de esta fe fue perseguido, como otros ilustres franceses.
Continuará . . .
Referencias y Fuentes:
Texto:
Bet-Sofer.
betsofer@hotmail.com
Imagen:
British School, Dulwich Picture Gallery. "Théodore De Beza (1519–1605)", acceso No. DPG368.
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